La UE requiere que las negociaciones del AVA involucren a todos los actores interesados. Esto resulta complicado en cualquier lugar, pero más aún en Honduras, donde la crisis política de 2009 dejó al país dividido en grupos antagónicos, y donde la violencia contra los activistas ambientales y de derechos humanos es frecuente.
Sin embargo, Honduras ha tomado muy en serio el tema de la participación, generando confianza entre grupos que muy distanciados, por varias razones, entre ellas las ideológicas. Es el único país AVA que ha garantizado un lugar permanente en la mesa de negociación a los pueblos indígenas y afrodescendientes. Como consecuencia, todos los actores están de acuerdo en que el AVA ha sido esencial como herramienta para abrir un espacio de participación y diálogo inclusivo.
“El mejor ejemplo es el de las organizaciones indígenas”, dice José Filadelfo Martínez, de la organización de sociedad civil Democracia Sin Fronteras (FDsF). “Ellas estaban en una situación organizativamente muy mala, dispersa, sin diálogo articulado con el gobierno, sin diálogo con sus bases”.
“Nos tocó sentarnos a hablar”, dice Edgardo Benítez de CONPAH, una de las organizaciones indígenas involucrada en el proceso AVA. “Se ha creado un espacio importante en el cual podemos decirnos las cosas que sentimos, facilitar que otros lo digan, detallar qué es lo que nos parece mal o bien. Esto es importante porque antes y después del golpe de Estado, nos mirábamos de reojo. El diálogo con otros sectores también ha sido importante”.
Los líderes de organizaciones indígenas y afrodescendientes en Honduras tomaron la decisión consciente de involucrarse en el proceso AVA, empleándolo para poner sobre la mesa temas que son esenciales para ellos. Benítez destaca, por ejemplo, los problemas que surgieron cuando el Instituto de Conservación Forestal (ICF) decidió otorgar permisos de manejo a comunidades indígenas y afrodescendientes.
“El ICF dio planes de manejo a algunos individuos, pero no a toda la comunidad”, afirma. “Nosotros como pueblo Tawahka nos opusimos a eso. Queremos usar el AVA para superar eso y ver cómo hacer del bosque un recurso común y no una mercancía exclusiva de un pequeño grupo de la comunidad”.
Las deliberaciones sobre la Ley de Consulta Previa, Libre e Informada preceden al AVA, pero ilustran bien cómo las demandas del pueblo Tawahka y otros pueblos indígenas y afrodescendientes en Honduras están finalmente encontrando un eco.